DIA 18, BAHIA HALONG

Hoy el día empieza temprano, a las 6,30 nos despertamos porque debemos dejar la habitación para pasar la noche en la bahía de HALONG, aunque mañana volveremos al hotel de Hanoi. Es una tontería, pero nos obligan a hacer las maletas y retirarlas. Las tenemos que dejar en la consigna del hotel y sin embargo nos dicen que guardemos la tarjeta de la habitación ya que tendremos la misma. Conclusión ¿no hubiera sido mejor dejar las maletas en la habitación si de todas formas no la van a utilizar? Debe ser que no.


A las 8 Laura y nuestro chofer nos esperan, puntuales como siempre. Hay unas 3 horas de camino hacia HALONG, pero con la excusa de que el chofer tiene que desayunar, paramos en una tienda de carretera. Al entrar en la tienda se ven varias niñas, unas trabajando en cuadros lacados y otras en bordados. Al parecer se trata de niñas con diferentes grados de minusvalía que se benefician de sus trabajos en esta tienda. La verdad es que los trabajos son verdaderamente excepcionales, nos dicen que un trabajo de lacado puede llevarles un mes aproximadamente y los bordados hasta 3 o 4 meses dependiendo del tamaño y la dificultad del dibujo. Los hay que son verdaderas obras de arte, pero son bastante caros. Elena después de mucho mirar y regatear con la ayuda de Laura, se acaba comprando un bordado a un precio ¿razonable?…nunca lo sabremos, pero nos gusta y algo ayuda.

El viaje, aunque algo largo, nos permite ir viendo las diferentes zonas rurales en esta provincia del país, lleno sobre todo de campos de arroz y con pequeñas poblaciones muy cerca unas de otras.

 En ningún momento se dejan de ver gente y motos. En casi cada campo de arroz hay el correspondiente cementerio, como curiosidad la orientación de las tumbas las decide un germinante, que es la misma persona que decide que casa te conviene comprar.

Al fin llegamos a Halong y nos embarcamos en el Red Dragon Junk.

Ángel y yo estamos alucinados, no basta ver fotos, hay que estar aquí para saber lo que es. Con una barquita nos acercan al junco que es todo de madera y aunque está preparado para 12 personas, solo somos 8. Nada mas llegar nos reúnen en cubierta y nos ofrecen un zumo de sandía.




 Mientras nos lo tomamos nos explican cómo es la Bahía y nos dan la habitación, con una preciosa cama decorado estilo vietnamita, un baño completo y unos ventanales que permiten tener unas estupendas vistas.



Hace un frío que pela, pero aun así iniciamos la navegación en la cubierta del barco. Al cabo de poco tiempo nos avisan para ir a comer un menú consistente en:

Sopa de tomate y champiñones (nada que os podáis imaginar)
Ensalada con diferentes verduras, hierbas y cacahuete picado
Almejas picantes
Langostinos
Calamar con arroz (pegajoso pero menos)
Pescado con salsa de soja y verduras (ambos desconocidos, pero muy buenos)
Fruta cortada y pelada
Después de la comida navegamos un rato mas y llegamos a una isla para ver las cuevas del Paraíso. En estas cuevas, muy grandes y amplias, hasta hace 3 años vivían unas 15 familias de pescadores, se les ofreció casas en el poblado de pescadores y aceptaron dejando libre la cueva que ahora es una atracción turística. Bajamos del mirador de las cuevas y volvemos a la playa donde habíamos desembarcado, allí nos facilitan chalecos salvavidas, nos descalzamos, nos arremangamos los pantalones, nos quitamos las chaquetas y nos disponemos a dar un paseo en kayak por la bahía de Halong.



Según Elena, Ángel no para de decirle como remar, cuando en realidad no tiene ni idea de cómo hacerlo. Elena va delante y debería marcar el paso, pero Ángel hace lo que quiere y encima se lo dice a Elena. Según Ángel si Elena se limitara a remar dejando a Ángel el timón y la capitanía todo iría mejor. Bueno sin comentarios, llegamos los primeros, pero con los pantalones mojados.

Elena siempre había dicho que se bañaría en la Bahía de Halong, pero hace frío y no parece que los demás estén demasiado animados. Pero al volver a la playa de la excursión con el Kayak, Elena se quita la ropa se queda en bañador y poco a poco se va metiendo en el agua y va nadando camino del barco que está fondeado a unos 100 metros de la orilla.

 Solo un chico estadounidense se atreve y va detrás de Elena. Al llegar al barco les reciben con toallas, pero no contentos con esto, se asoman a la borda del barco y se tiran desde arriba.

Los demás llegan enseguida, en barquita, y todos vamos a las habitaciones a asearnos y cambiarnos. En nuestro caso tenemos que secar los pantalones, con el secador de pelo, ya que no tenemos otros de recambio.
Nos juntamos con nuestros compañeros de crucero en el salón del barco, son una joven pareja de un francés y una australiana, otra de dos estadoudinenses y una pareja mayor de ingleses residentes en Canadá. Compartimos una copa de vino y a las 7 nos disponemos a cenar:

Ensalada de verduras con sésamo (aliño dulce)
Una especie de cigala gigante (con la cabeza muy pequeña y la cola grande). La camarera se ha ofrecido a pelarla con las manos y guantes, pero Ángel la pela con cubiertos… faltaría más.
Alita de pollo, muy buena, estilo vietnamita
Pescado frito con cebolla, con arroz hervido
Carne de cerdo, parecía caramelizada al horno
Verduras ¿sushu? Al vapor y con salsa de soja
Langostino con salsa picante, presentado en una maqueta del barco hecha con verduras y frutas.
A las 8 acabamos de cenar y nos despedimos de nuestros compañeros para descansar en el camarote. Mañana el desayuno es a las 7,30.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

y el traje? te lo compraste o era del barco? marta

Anónimo dijo...

Hola Elena queremos ir a Vietnam mi marido y yo, pero sólo 12 días porque 2 queremos ir a c Camboya,¿ me puedes aconsejar el circuito?. Vosotros que habéis estado.Gracias

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