DIA 17, HANOI

Nos levantamos a las 7:45 y bajamos a desayunar. Desgraciadamente todavía no saben que existe Nesppresso para hoteles así que como cabía esperar el café dejaba mucho que desear pero el resto del desayuno era un espectáculo con todo lo que podemos esperar de un hotel de esta categoría y además especialidades del lugar.


Puntualmente a las 9 ha llegado Laura con el chofer y nos hemos ido directamente al mausoleo de Ho Chi Minh. Había cola para entrar, pero han sido solo unos minutos. Mientras esperamos Laura nos cuenta que es ingeniero electrónico, que estudió en Cuba y trabajó en la televisión vietnamita. Dejó ese trabajo ya que le gusta más hacer de guía para los turistas.

Una vez entramos en el recinto donde está el mausoleo ya nos damos cuenta que allí mandan los militares. Se ve a los guías de todos los grupos de turistas que se llevan las cámaras o bien se dejan en una consigna ya que no se puede entrar con mochilas ni cámaras. Nos hacen esperar en grupos y vamos pasando, en fila, hasta la entrada del edificio sin saber muy bien que vamos a ver.

El espacio donde está ubicado tiene toda la pinta de una gran plaza y su edificación con el inconfundible estilo soviético.



Durante los breves minutos que vamos haciendo cola para entrar en el edificio los militares que vigilan van aleccionando a todos los que hacemos cola: que te quites la gorra, que saques las manos de los bolsillos, que vayas por el pasillo rojo,… en pocos minutos consiguen darte la sensación que estás en un recinto militar y que hay que hacer lo que dicen. Joer! Y todos lo hacemos, como dice Angel, si han conseguido que hiciéramos esto en unos minutos, que no harían en unos años!



Vamos pasando dentro del edificio “en orrrdenada cola, uno detrrrrrrás de otrrrrrrrrrro y en perfecto orrrrrrrden” (leer con acento alemán estilo Agustín El Casta) sin dejar de pisar el pasillo rojo. Se suben unas escaleras donde, a pesar de mantener una conversación de lo mas inocente y en educada voz baja, el militar de turno le indica a Angel que se calle. Angel se pone verde de rabia, estoy segura de que Marta y Angelito se lo imaginan……¿Angel siendo acallado por un forastero? jajajajajaja

Al entrar en una habitación se descubre un especie de gran urna y dentro de ella y custodiado por varios militares en posición de guardia, se puede ver al mismísimo Ho Chi Minh,… que grima!!!.

Da susto!!! Pobre hombre, me ha dado mucha pena que lo expongan ahí para ser visto por miles de personas.

Después seguimos visitando todos los alrededores de la plaza donde están ubicados la vivienda donde en sus primeros años de gobierno vivió Ho Chi Minh, el garaje donde todavía se conservan los vehículos que utilizaba y la casa que ocupó en los últimos años que estuvo gobernando. Todo junto al lago y aunque de madera y bien ubicada es pequeña y austera, digna de un comunista en toda regla.



Andando desde allí, ya que está muy cerca, hemos ido a ver la pagoda de un solo pilar. Está situada sobre un pequeño lago y se sustenta sobre un único y gran pilar, toda de madera y a la que se accede por una escalera. La pagoda es pequeña pero muy bonita y con una gran simbolismo para los vietnamitas. Elena sigue haciendo ofrendas junto a Laura pidiendo por la salud de su familia y los estudios de sus hijos…..por si las moscas.


Al salir nos recoge el chofer y nos dirigimos tranquilamente entre el inmenso tráfico de motos, a visitar el templo de la literatura. Puede decirse fue la primera universidad de Vietnam. A este lugar acudían en principio los hijos de las familias más poderosas del país y mas tarde todos los mejores alumnos de todo el país.



Allí se veneran a todos los doctores que han salido de sus aulas y los directores especialmente. Todos los doctores que de allí han salido tienen su nombre inscrito en una especie de lápida situada cada una de ellas sobre una tortuga. Con esto quiere darse a entender la paciencia y constancia que hay que tener para alcanzar la sabiduría. Todos los chicos van ese día a la pagoda y tocan todas las lápidas y todas las cabezas de las tortugas para pedir sabiduría. Yo las he tocado todas en el nombre de mi hijo, menos mal que Marta no me dio tanto trabajo! jajaja



En el templo, en uno de sus patios, se estaba celebrando una partida de damas chinas, donde las piezas eran personas ataviadas con trajes típicos, sentadas sobre una silla y que se movían a indicación de otra persona que los usaba como si fueran las fichas de la partida.



Mientras estábamos mirando el espectáculo un grupo de niñas adolescentes le han preguntado a Laura si una de ellas se podía hacer una foto con Angel. Se han hecho la foto, momento inmortalizado por Elena. Supongo que les ha resultado exótico, aunque en el lugar había muchos otros turistas.

Si Angel se lo tenía creído …ahora aún mas!



Hemos ido después al Museo Etnológico, allí hemos podido ver una muestra de la vida típica y diaria de algunas de las tribus que conforman el país.



Hemos comido en el restaurante del lugar, donde Laura nos ha recomendado para probar dos platos de rollitos vietnamitas (nems) y una carne con salsa. Los rollitos se sirven con verduras crudas y alguna hierba aromática y fideos de arroz, tomándose todo junto y mojado en la salsa que lo acompaña (una especie de vinagreta con alguna verdura, lima, su famosa salsa de pescado, vinagre,…).



Al acabar de comer tranquilamente, hemos ido a visitar la pagoda Tran Quoc, que tiene una torre octogonal de once pisos y con su correspondiente capilla y su correspondiente incensario, lleno de las barritas de incienso que la gente va dejando para sus ofrendas. Dentro de la capilla, espectacular, todos rezando y dejando sus ofrendas en modo de dinero, siempre en papel.



Como esta noche tenemos que ir a cenar a casa de Hoan, nos vamos al hotel a descansar un poco y poder cambiarnos.

A las 19:30 horas viene nuestro chofer a buscarnos y nos lleva al teatro para ver el espectáculo de marionetas de agua. Aunque en algunas guías lo ponían como algo pesado, a mi me ha parecido encantador.

A la salida Phi Hoan ha venido a buscarnos y nos ha llevado a su casa. Su hospitalidad no tiene palabras, nos ha presentado a su mujer y a  sus dos hijos y hemos cenado todo juntos una fondue vietnamita a base de caldo con carne de ternera, cerdo y pollo, langostinos, tofu y verduras variadas y la verdad es que ha sido impresionante.

Al terminar la cena hemos compartido un trozo de arroz pegajoso con carne que viene envuelto en hojas de plátano. Hoy es el día en el que si o si tienen que comer ese pastel salado ya que han despedido al genio de la casa y tienen que dar la bienvenida al nuevo. ¿Podríamos haber sido mas afortunados? yo creo que no

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